Efectos secundarios

Aquí volvemos a la hipótesis de Sapir-Whorf (el lenguaje que hablamos afecta a nuestra manera de ver el mundo). Y hay muchos ejemplos.

Ya se ha dicho que el idioma chino es complicado, y necesita mucha dedicación. Según [Rel46, p. 47], ésta es una razón por la que los chinos nos conocen tan bien, mientras que ellos siguen siendo extraños para nosotros. Su cultura estuvo mucho más desarrollada que la occidental; por ejemplo, tenían grandes ciudades, filosofía, medicina, literatura (incluso imprimían, muchos siglos antes del Gutenberg). Pero cuando vemos un texto en chino, uno piensa que ``esto tiene que ser muy complicado'' y pierde las ganas. En cambio, los orientales pueden estudiar idiomas aquí e incorporar los conocimientos útiles a su cultura.14

De los chinos y japoneses también nos llega la idea de que tienen mucha paciencia: artes marciales, complejas esculturas de marfil, comer con palillos, puzzles de lógica (como el go), etc. En mi opinión (y de [Rel46, p. 64]), esto es debido a la dedicación que han de pasar todos los niños cuando aprenden más y más ideogramas del idioma (y lo hacen; el porcentaje de analfabetos en Japón es de menos del 1%). En cambio, los que gozamos de un lenguaje fácil de aprender como el español, somos conocidos por nuestra vagancia e ineficiencia (como país), y sólo somos reconocidos como inventores de la fiesta, la siesta, la paella y poco más.

También dicen que los japoneses son muy educados. ¿Será porque la noción de respeto ya la tienen incorporada en el lenguaje? Tienen 3 niveles de respeto (normal, educado simple, educado avanzado), con honoríficos: afijos que salen en las palabras para mostrar cuánto respeto tienen con la persona con la que hablan (y esto es obligatorio). El tema es más complicado, y se puede consultar más en [WP].

Otro efecto secundario del uso de un lenguaje natural concreto es el sexismo. En muchos idiomas, el género está codificado en cada palabra, y siempre estará la duda absurda de por qué el Sol es masculino y la Luna femenina (¿y por qué no al revés?). En cada idioma se usan géneros diferentes. Después está el tema de los pronombres: no los podemos usar si no sabemos el sexo del individuo en particular. Sobre el inglés, en [Sta05b] citan un texto de M. Frye15:

If I am writing a book review, the use of personal pronouns to refer to the author creates the need to know whether that person's reproductive cells are the sort which produce ova or the sort which produce sperm.
El problema es que se hace relevante el sexo donde no debería serlo, y esto ayuda a creer que es muy importante diferenciar el sexo en cualquier área.

En algunos idiomas parece que el masculino es la norma, pero creo que el problema es un de los que estudia la mereología16.

Image mereo

Tenemos el concepto $C$ (por ejemplo, persona), que se descompone en dos, $A$ y $B$ (hombre y mujer en este caso). El problema viene cuando $C$ se llama igual que $A$ o que $B$; en este ejemplo se da el caso, porque ``hombre'' también es sinónimo de persona en general. Mientras pase esto, no hay mucho a hacer para solucionarlo. 17

¡La lógica proposicional no tiene estos problemas! Pero se basa siempre en el lenguaje natural, que es quien da interpretación para cada letra de predicado. Aunque sepamos diferenciar sin problemas $P$, $Q$ y $R$, después $P$ estará definido como $P(x):\textrm{ x es un hombre}$, y ya tendremos la ambigüedad de siempre.

Daniel Clemente Laboreo 2006-07-13